Os comentábamos en una entrada de Todos los Santos que íbamos a aprovechar este mes en compartir sobre los santos patrones de la JMJ, y que lo harían algunos de los jóvenes que pudieron disfrutar de esa experiencia.
De la mano de Raquel García Martínez os hablamos en estada entrada sobre San Juan Pablo II:
Según la opinión de muchos, la JMJ es la invención más hermosa del Papa Juan Pablo II. Pero él afirmaba que “son los mismos jóvenes los que han inventado la JMJ”.
En 1983, con motivo del Año Santo de la Redención, el Papa Juan Pablo II quiso fijar un encuentro juvenil para el Domingo de Ramos. El comité organizador preveía unos 60.000 participantes. ¡Llegaron 250.000!
En el año 1985, la ONU proclamó un Año Internacional de la Juventud. El Papa, deseando manifestar la atención de la Iglesia hacia las nuevas generaciones, convocó nuevamente a los jóvenes a Roma para el Domingo de Ramos. También en esta ocasión, la respuesta fue grande, ¡¡más de 300.000 jóvenes!!
Y es que después de estos encuentros, muchos se preguntaron: ¿Por qué hay esta respuesta generosa?, ¿qué es lo que buscan los jóvenes?, ¿qué es lo que quieren? Pero Juan Pablo II ya lo había intuido, los jóvenes sentían el deseo de encontrarse entre ellos, de compartir su experiencia, de escuchar una palabra de fe, de mirar juntos hacia el futuro, de renovar y confirmar su propio compromiso.
Y es que es así como nos sentimos los jóvenes. Ansiosos de vivir experiencias nuevas, fuera de lo común, fuera de internet, de la discoteca, de las prisas por querer llegar a todo, …sentir a Dios en nuestras vidas y poderlo incluir en nuestra cotidianidad, en nuestras rutinas, en la universidad, en el trabajo o con nuestros amigos y familiares.
Sin duda, la JMJ ha sido una experiencia única que nos ha hecho ver a Dios en los atascos del tren, en las esperas para comer, en las siestas en el parque, en las canciones compartidas con otros peregrinos, en las eucaristías, en conversaciones con desconocidos, en risas, en miradas y en abrazos.
¡Gracias Señor por esta gran oportunidad!