La palabra misericordia viene de unir “miser” – “cordeo”: llevar las miserias al corazón. Eso es lo que hace Dios con nosotros, poner nuestras miserias junto a su corazón. ¿y yo qué hago con las miserias de mis hermanos? ¿las pongo junto al corazón o junto a mis labios para difamarlos?.

Esta cuaresma es una invitación a dejarnos “misericordear” por el Señor. Tener misericordia con nosotros mismos y con los demás. No hay que olvidarnos de incluirnos dentro del gesto misericordioso, a veces somos los peores enemigos de nosotros mismos.

La misericordia tiene que ver con el movimiento de entrañas delante del dolor del otro, tanto provocada por una injusticia como un acontecimiento natural, sea enfermedad o de la naturaleza. No es solo un sentimiento o emoción, sino que eso que siento ante el dolor del otro, me lleva a actuar eficazmente para aliviar su dolor.

P. Luis Murillo