#UnciónDeEnfemos

Fotos de la celebración de la Unción de los enfermos

Ya están disponibles las fotos de la celebración comunitaria de la Unción de los Enfermos del pasado 25 de mayo, que fue además el día de la Pascua del Enfermo. Sabemos que varios de vosotros las habíais pedido. Así que aquí las compartimos. Son imágenes que permiten volver a ese día. A detenerse un momento. A mirar con otros ojos lo que quizá pasó más deprisa. Están los rostros. Están los gestos. Esa especie de presencia que no se ve pero se queda. Algunas fotos dicen mucho más de lo que se dijo en voz alta. Lo que pasó ese día no se fue.

Fue una celebración tranquila. Muy sencilla. Llena de cosas que no se improvisan. Se notaba el cuidado, eso sí. Nada llamaba la atención por separado, pero el conjunto hablaba de que todo estaba pensado desde dentro. El equipo de Pastoral de la Salud preparó con detalle. Con tiempo. Con mimo. Y no hizo falta explicar nada. El ambiente bastaba. Era acogedor, silencioso, bonito. Se respiraba hogar, en cierto modo.

Nuestro párroco, el P. Luis, estuvo muy presente. Presidió con una ternura que se notaba sin buscarla. Se acercaba con naturalidad. Bendecía despacio. Se detenía lo justo. Y al terminar, tuvo ese detalle tan suyo de entregar un regalo a cada persona mayor o enferma que recibió el sacramento. Era algo pequeño, pero elegido con intención. Y cada uno lo recibió a su manera. Algunas manos temblaban. Otras sonreían. Y hubo quien no pudo evitar emocionarse.

Estuvo también el vicario parroquial de Virgen del Camino. Se unió con sencillez, sin protagonismo. Estuvo, acompañó, compartió. Y eso sumó mucho. Fue bonito que pudiera estar.

Gracias a todos los que ayudasteis, desde cualquier rincón. Desde los bancos, desde la sacristía, desde la música, desde el gesto de acompañar a alguien. Gracias a los que simplemente estuvisteis, sin hacer nada visible pero con el alma presente. Porque eso también cuenta. Y mucho.

La fe no hizo falta explicarla. Se notaba en los cuerpos, en las miradas, en cómo nos acompañábamos. Estaba ahí. Y eso bastó.

Las fotos recogen algo de eso. No todo, claro. Pero ayudan a recordar. Si despiertan algo dentro, aunque sea solo un suspiro o una oración, entonces siguen hablando. Por eso las compartimos. Con gratitud. Por lo vivido. Y por lo que quizá aún está por llegar.

Si deseas ver el albún de fotos haz clic en flickr:

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Unción de los enfermos: un sacramento de vida y esperanza

En muchas ocasiones, al hablar de la Unción de los Enfermos, lo primero que viene a la mente es el final de la vida. Y, sin embargo, este sacramento es, en realidad, un sacramento de vida. Un regalo que la Iglesia ofrece para sostener, fortalecer y consolar a quienes atraviesan el umbral de la fragilidad: la enfermedad, la edad avanzada, el sufrimiento físico o emocional.

Este 25 de mayo, en la celebración de la Pascua del Enfermo, nuestra Parroquia Santísima Trinidad de Collado Villalba se llenará de gracia y ternura al acoger la celebración comunitaria del Sacramento de la Unción, durante la Misa de las 13:00h. Está especialmente dirigida a enfermos y personas mayores de 65 años, pero es una invitación que nos alcanza a todos: familiares, amigos, voluntarios, feligreses, jóvenes… Porque este no es solo un momento litúrgico: es una oportunidad para redescubrir la profundidad de nuestra fe y el poder del amor que acompaña.

Recibir este sacramento no es una señal de derrota, sino una expresión de confianza. Es decirle al Señor: «Te necesito. Ven a mí con tu fuerza. Tócame con tu paz». A través de la imposición de manos y la unción con el óleo bendecido en la frente y en las manos, Cristo mismo se acerca a sanar, consolar y sostener. No siempre cura el cuerpo, pero siempre sana el alma. Siempre fortalece. Siempre abraza.

Acompañar, cuidar, orar: una tarea de todos

A veces pensamos que este sacramento solo concierne a quien lo recibe. Y, sin embargo, toda la comunidad está llamada a vivirlo como una celebración compartida. Acompañar a nuestros mayores, acercar a nuestros enfermos, ayudarles a prepararse espiritualmente, estar presentes junto a ellos en la misa, rezar por ellos con el corazón abierto… Todo ello forma parte del misterio de comunión que es la Iglesia.

Es un gesto precioso invitar a un abuelo, una madre, un vecino enfermo, a recibir este sacramento. Preguntarles si desean participar. Acompañarlos a apuntarse en la sacristía. Sentarnos junto a ellos en la iglesia. No siempre nos damos cuenta de cuánto bien puede hacer este acto de presencia, este “estar” sencillo y lleno de fe.

Del mismo modo, los jóvenes, a menudo ajenos a esta realidad, pueden encontrar en esta celebración una oportunidad para comprender que la vida cristiana es una travesía que nos sostiene en todas las etapas. La fragilidad no es un fracaso, sino un lugar sagrado en el que Dios se manifiesta con una ternura especial. Estar cerca de nuestros enfermos es, también, una escuela de humanidad y una experiencia de misericordia.

Una Pascua luminosa para quienes sufren

La Unción de los Enfermos, celebrada dentro de la Eucaristía, une el misterio de la cruz con la fuerza de la resurrección. Por eso se celebra en la Pascua del Enfermo: porque es un sacramento pascual, de paso de la oscuridad a la luz, de la soledad al consuelo, del temor a la confianza. Cada año, esta jornada nos recuerda que Jesús Resucitado no se ha olvidado de quienes más sufren: se hace presente de forma concreta, tocando nuestras heridas con aceite de alegría y con manos que bendicen.

Como parroquia, queremos que esta celebración sea un signo visible de esperanza, una proclamación silenciosa de que la vida, incluso herida, tiene un sentido, una dignidad y una belleza que Dios mismo cuida. Ojalá muchos se animen a vivir este sacramento. Y ojalá todos nos sintamos enviados a sostener con nuestra oración, nuestra cercanía y nuestro amor, a quienes más lo necesitan.

Apuntarse en la sacristía es sencillo. Lo importante es que no falte nadie que lo necesite. Y que, como comunidad, seamos rostro de Cristo para ellos.

 

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Unción de enfermos

Este próximo domingo 25, día de la Pascua del Enfermo, en misa de 13:00h tenemos la celebración comunitaria de la unción de los enfermos, para personas enfermas y/o personas mayores de 65 años que deseen recibir este sacramento. Anotarse en la sacristía.

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Unción de los enfermos

La Unción de Enfermos es un sacramento profundamente significativo dentro de la tradición católica, ofreciendo consuelo y fortaleza a aquellos que enfrentan la fragilidad de la enfermedad y el paso del tiempo. Es un Don de Dios que derrama bendiciones sobre los enfermos y los mayores de 65 años, proporcionando no solo alivio espiritual, sino también una renovación interior que trasciende lo físico.

En el momento en que la santa unción se administra, se abre un puente entre lo terrenal y lo celestial, permitiendo que la gracia de Dios fluya hacia aquellos que la reciben con humildad y fe. Es un momento de comunión profunda con la presencia amorosa de Dios, que sostiene nuestras fragilidades y nos eleva con su infinita misericordia.

Los efectos de este sacramento son verdaderamente poderosos. No solo alivia el sufrimiento físico, sino que también fortalece el alma, infundiendo esperanza y paz en medio de la prueba. Es como un bálsamo celestial que calma nuestras heridas internas y nos da fuerzas para enfrentar los desafíos con valentía y confianza en la providencia de Dios.

En el momento de recibir la Unción de Enfermos, se experimenta una profunda cercanía con Dios, quien nos envuelve con su amor sanador y nos sostiene en su gracia. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles de la vida, nunca estamos solos, sino que el Señor está siempre a nuestro lado, acompañándonos en nuestro camino de dolor y redención.

Para aquellos que atraviesan la vejez, la Unción de Enfermos ofrece un consuelo especial, recordándoles que su valiosa contribución a la comunidad no pasa desapercibida ante los ojos amorosos del Creador. Es un reconocimiento de la dignidad inherente a cada etapa de la vida, y una invitación a abrazar la sabiduría y la serenidad que vienen con la edad.

La gracia de la Unción de Enfermos nos inspira a enfrentar nuestras propias pruebas con coraje y esperanza. Nos recuerda que, aunque los desafíos puedan ser grandes, el amor de Dios es aún mayor, y su poder sanador puede transformar incluso las situaciones más difíciles en oportunidades de crecimiento espiritual y renovación interior.

Este 5 de mayo, pascua del enfermo, celebraremos de forma comunitaria el sacramento de la Unción de enfermos, os invitamos a participar, y que en la enfermedad o debilidad, encontramos en Dios el consuelo y la fortaleza que necesitamos para seguir adelante con fe y determinación. Que su gracia nos sostenga en los momentos de prueba, y que su amor nos guíe siempre por el camino de la paz y la esperanza.

Equipo de Pastoral de la Salud

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