Bienaventurada la familia que reza: allí estará presente Dios.
Bienaventurada la familia que santifica el domingo: esta familia se reunirá un
día en la Fiesta del Cielo.
Bienaventurada la familia que rechaza las diversiones vulgares, mundanas y
ajenas a Dios: allí reinará la alegría.
Bienaventurada la familia donde se evita la blasfemia, las malas conversaciones,
las lecturas peligrosas y los programas inmorales de tv: la bendición de la
paz estará en cada corazón.
Bienaventurada la familia que bautiza a sus hijos sin demora: desde pequeños
crecerán como ciudadanos del Cielo.
Bienaventurada la familia que llama al sacerdote para que asista a los enfermos:
el sufrimiento y la muerte serán vencidos por la Fe y la Esperanza.
Bienaventurada la familia que aprende el Evangelio y la Doctrina Cristiana:
todos madurarán como hijos de Dios.
Bienaventurada la familia donde los hijos obedientes y amorosos son el consuelo
de sus padres y donde los padres son ejemplo de temor a Dios: será un
nido de paz, un ejemplo de virtud, escuela y signo de salvación para todos.