Sábado día 26, a las 19 h: Oración fin de curso de acción de gracias por los dones y bendiciones recibidas a lo largo del año lectivo. Se recomienda la participación de todos los grupos parroquiales para realzar y dignificar este acto.
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Sábado día 26, a las 19 h: Oración fin de curso de acción de gracias por los dones y bendiciones recibidas a lo largo del año lectivo. Se recomienda la participación de todos los grupos parroquiales para realzar y dignificar este acto.
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“PAN PARTIDO, ALIMENTO DE FRATERNIDAD”
Cáritas Diocesana de Madrid ha celebrado la festividad del Corpus Christi, Día de Caridad bajo el lema “Pan partido, alimento de fraternidad”. El sábado 5 de junio, los voluntarios de Cáritas de nuestra Parroquia hemos salido a la calle para invitar a nuestro pueblo de Collado Villalba a comprometerse, en estos momentos difíciles que estamos pasando, por los más necesitados. 
Corpus Christi, Jesús Eucaristía. Jesús alimenta nuestro caminar. Lo hemos celebrado el domingo 6 de junio con toda solemnidad. No es para menos. Él nos ayuda a volver al amor primero, al evangelio.
En Cáritas no queremos que nadie se quede sin lo que necesite. No consentiremos que nadie se vea privado de derechos porque dejemos de alzar la voz cuando sea preciso. Pero nadie debe quedar sin experimentar que nuestra mejor oferta, como la de Pedro al paralítico de la Puerta Hermosa de Jerusalén es la del Resucitado que mueve nuestra vida.
Tenemos mucho por delante. Lo mejor es nuestra gente y su entusiasmo incansable. Un entusiasmo que nos lleva a decir a Dios, presente en la Eucaristía, GRACIAS:
Celebramos este Día de Caridad, Solemnidad del Corpus, como signo de solidaridad y amor.
¡¡¡Muchas gracias a todos los Agentes Pastorales de Caridad por compartir su Pan!!!
Todas las fotos y los videos las puedes ver aquí o hacer click en la imagen 👇
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Como sabéis, el próximo domingo 30 de mayo es el día de la festividad de la Santísima Trinidad, titular de nuestra parroquia.
Por ello durante los próximos días miércoles 26, jueves 27 y viernes 28 celebraremos en la misa de la tarde el Triduo de preparación para dicha fiesta. Os compartimos aquí los textos para la reflexión y oración del triduo.
Triduo Santísima Trinidad 2021
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MARÍA: SU MIRADA, SU ENTORNO, SU EJEMPLO
NOS INVITA A PONERNOS EN CAMINO
Los ojos son el reflejo del alma… La mirada traspasa el corazón… Hoy nos fijamos en la
mirada de María, una mirada de fe, la mirada de quien intuye en todo la amorosa
presencia de su Dios, la mirada certera del encuentro con el otro, la mirada sincera de
una madre.
María con su mirada enseña a Jesús a escuchar la vida, a hablar sobre la vida, a
sintonizar con todo lo creado, amando y sumergiéndose en toda realidad en una actitud
de apertura al mundo y escucha de la creación.
María enseña a Jesús a vivir, día a día, según los mandamientos de la ley dada por Dios
en el Sinaí. Le fue acompañando en su proceso de crecimiento en la fe y en la fidelidad a
las tradiciones recibidas.
María también vivió con normalidad su condición de mujer en el contexto concreto de su
época. Sus mayores le habían enseñado que la mujer era considerada como fuente de
tentación y pecado, por eso no podía salir al espacio público si no era con la cabeza
cubierta y acompañada por algún varón de la familia.
Se sentía apreciada y valorada por su fecundidad y su trabajo en el hogar. Ese era su
sitio. Y tener hijos (y varones) era su orgullo.
Su formación se limitaba al aprendizaje de los trabajos domésticos. En ella recaía la
crianza de los niños pequeños, el vestido, la preparación de la comida y demás tareas
domésticas.
De hecho, María cuidó de Jesús hasta los siete u ocho años. Hasta esa edad los niños no
contaban. Eran los miembros más débiles y vulnerables, los primeros en sufrir las
consecuencias del hambre, la desnutrición y la enfermedad.
No le estaba permitido tener el contacto con varones fuera del núcleo familiar. Tampoco
se sentaba a la mesa en los banquetes en que había invitados. En la casa siempre debía
dejar paso a los varones y en la calle debía caminar unos metros por detrás sin
distraerse.
Formaba parte del grupo de mujeres que se acompañaban y apoyaban mutuamente en
su propio mundo, mujeres que trabajaban el campo, sobre todo en la recolección o en la
cosecha o que salían a por agua o la leña.
Cuando enviudó se quedó en la misma trágica situación que las demás viudas de su
tiempo: sin honor, sin bienes y sin protección, a no ser que un varón se hiciera cargo de
ella.
Todas estas costumbres perfectamente reglamentadas hicieron de María, al igual que
todas las mujeres de su clan, una mujer preocupada por el honor familiar, del que las
mujeres eran las principales responsables. Ponerlo en peligro era la mayor de las
ofensas.
En este contexto donde a la mujer se la priva de toda iniciativa, resaltamos una iniciativa
descrita en el evangelio donde María se puso en camino, y lo hizo con prontitud, con
urgencia. Aceptó el riesgo que suponía lanzarse a unos caminos poco seguros y menos
para las mujeres.
María se pone en camino pasando por encima de las críticas y comentarios de sus
vecinos. Aún no estaba casada, aún nadie conocía su embarazo, probablemente Isabel
(mujer de un eminente sacerdote del Templo de Jerusalén) no necesitaba ayuda alguna
pues tenía esclavos y empleados suficientes a su servicio.
María, en este gesto intrépido de salir al encuentro de su parienta Isabel, nos invita a vivir
nuestra fe “en salida” creando y promoviendo una Iglesia en salida.
María nos muestra que la fe nos pone en movimiento, nos impulsa desde dentro y nos
lanza a la construcción de una civilización del amor y de la compasión, que sea menos
individualista, materialista, cínica y desprovista de solidaridad.
Una fe vivida así, en camino, en movimiento, con dinamismo, nos devuelve la alegría y la
esperanza, una alegría y esperanza contagiosas.
María nos recuerda que la fe, más que de doctrinas y de dogmas, de celebraciones y
sacramentos, está hecha de amor incondicional, de misericordia y de compasión. Este es
el mensaje central de Jesús, aceptable por todas las personas de todos los rincones.
Saliendo al encuentro de los otros descubriremos que ellos también están en camino,
compartiendo la misma búsqueda. Por eso, ser creyente es ayudarse mutuamente a
alumbrar a Dios. Eso va a suponer “entrar en casa” del otro.

María ayúdanos a ponernos en camino, a hacerlo con prontitud, a ser capaces de no
quedarnos en lo de siempre.
El domingo 23 de mayo nos reunimos los tres grupos de 3° de juveniles para compartir juntos una gran invitación.
Empezamos con unos juegos para conocernos un poco más y nos pusimos en manos de Dios con una oración, que además nos llevó por momentos importantes de nuestra vida.
Con el compromiso de entablar un diálogo con Dios, dejamos nuestro móvil para adentrarnos en la aventura del evangelio. Revivir los momentos importantes de la vida de Jesús para poder llevarlos a nuestras vidas. Nuestros catequistas nos entregaron como símbolo un evangelios personalizado, por ellos y por Dios, ahora tenemos que ver que es lo que nos dice Dios a través de su Palabra.
Y llegó el momento de la gran invitación a un Gran Banquete: La Eucaristía. Vivida paso a paso, degustando los platos que nos iban sirviendo, haciendo nuestro este gran banquete. Donde nos regalaron otro símbolo de nuestro itinerario de juveniles : la Cruz. Símbolo de nuestro compromiso a vivir el evangelio de Jesús en nuestras vidas.
Y todo esto con la gracia del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Recibiendo los dones que cada uno va a llevar a su vida.
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VIRGEN MARÍA, SEÑORA DE LOS PORQUÉS
Jesús en el Evangelio nos hace preguntas que nos despiertan, nos provocan y nos animan en el
camino de la fe: ¿Qué buscáis? ¿por qué lloras? ¿también vosotros queréis marcharos? La Virgen
María es la mujer de la respuesta que cambió el mundo y es también la mujer de las preguntas.
Por eso es la Madre que puede hacerse cargo de nuestras dudas e inquietudes. Es la madre de
los muchos porqués que cruzan nuestra vida.
A menudo sabemos qué queremos hacer con nuestra vida y buscamos los “cómos”, “cuándos”,
“dóndes”, pero nos cuesta encontrar los “porqués”. ¿Por qué me levanto cada mañana? ¿Por
qué trabajo? ¿por qué seguir soñando, buscando metas? Es fácil encontrar motivaciones
inmediatas (ayudar a los demás, tener éxito, cumplir con el deber) pero a menudo no son
suficientes.
¿Por qué creer cuando muchos viven una vida aparentemente normal sin la luz de la fe? ¿por
qué amar y perdonar? ¿por qué sufrir? La filosofía busca respuestas desde hace siglos y hoy la
psicología nos proporciona “herramientas” para manejar los conflictos y ansiedades que
sufrimos, pero todo se queda a medio camino.
Hay una forma “mariana” de afrontar la vida. La Virgen María nos enseña dos claves
imprescindibles para afrontar los porqués profundos de la vida: guardar todo en el corazón y
permanecer de pie junto a la cruz.
El Evangelio de san Lucas nos muestra la actitud mariana de guardar las cosas en el corazón.
Rumiar lo que nos sucede con serenidad y paciencia dejando a Dios ser Dios. No son las cosas
que vivimos las que nos hacen sabios sino el lograr pasarlas todas por el corazón. En ese pozo
hondo de nuestra interioridad reciben una gran luz y todas quedan iluminadas. A la luz del
corazón todo es presencia de Dios.
San Juan en su Evangelio nos acerca a la otra forma “mariana” de afrontar la vida: permanecer
de pie junto a la Cruz. En María aprendemos como sostener con serenidad la batalla del dolor
confiando en que Dios es siempre el Dios de la vida. El sufrimiento aceptado es la única puerta
que nos conduce a la sabiduría y a la madurez. Con María descubrimos que la fe no nos ahorra
los momentos dolorosos de la vida, aunque ayude a darles un sentido diferente. Que incluso en
aquellos momentos más oscuros y amargos de la vida, Dios no nos abandona, aunque parezca
que guarde silencio. Y sobre todo, María nos recuerda con su fe inquebrantable en su hijo, que
nada podrá separarnos del amor de Dios, porque al final, el amor, es capaz de vencer
incluso a la muerte.
Este tiempo de pandemia es una oportunidad para abordar junto a la Virgen María tantos
porqués que no encuentran fácil respuesta. Como ella aprendemos a cobijarnos bajo la sombra
del Espíritu de Dios.
D. José María Crespo
¡Ven, Espíritu Santo, ven por María”
MARÍA, MUJER CREYENTE QUE HABITA EN NUESTRA CASA
María visita a su prima Isabel y se queda con ella “unos tres meses” (Lc 2,56) y hoy
somos nosotros los que recibimos la invitación de acoger a María en nuestra casa, en
nuestra vida. (más…)
¡MARÍA, NECESITAMOS TU ALEGRÍA!
La sociedad en la que vivimos no es feliz y la pandemia que sufrimos ha acentuado la tristeza. Basta con acercarse a los medios de comunicación (entrevistas, tertulias, artículos…) para constatar que nos rodea la preocupación, el pesimismo, la ansiedad. Y peor si echamos un vistazo a nuestros políticos: enfrentamiento, acusaciones, crispación… Tenemos pocas noticias que nos inviten a celebrar y disfrutar, que nos provoquen la alegría. Y en la Iglesia no estamos mucho mejor: cuánta división, pesimismo y desconfianza. (más…)
Leer Más »En la Basílica de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco da inicio a treinta días de oración, que tienen como intención la invocación del fin de la pandemia. Con esta finalidad, cada día del mes de mayo, un santuario mariano a lo largo y ancho del planeta, se unirá en oración.
En este documento podéis ver la lista de los santuarios y de las intenciones de cada día:
Para más información pincha aquí.
Desde nuestra Parroquia nos unimos a esta propuesta y rezaremos todos los días a las 18.30 (de L-V) o 19:30 (S y D) el Santo Rosario junto a la imagen de Nuestra Señora de Villalba.
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Está a punto de comenzar el mes de mayo, mes dedicado tradicionalmente a la Santísima Madre. En su mediación materna encontramos seguridad y fuerza para seguir llevando el consuelo de su Hijo a quienes lo necesitan. En las circunstancias que estamos viviendo en todo el mundo, ella es nuestra fortaleza y nuestro refugio.
Por deseo del Santo Padre, este año el mes de mayo se dedicará a un «maratón» de oración desde los Santuarios Marianos para invocar el fin de la pandemia y la reanudación de las actividades sociales y laborales.
Nos unimos a esta oración a María recordando lo que nos han dicho los Santos sobre ella y ofreciéndole nuestra oración.
Entre quienes queremos vivir el Evangelio, nos sentimos y nos relacionamos con María como los niños para quienes su madre es todo: la buscan, la toman de la mano, se agarran a sus vestidos… no hay forma más serena, más amorosa y bella de presentarnos a Dios. En compañía de nuestra Madre, toda la vida es más bella.