De la frialdad que nos hace indiferentes hacia tus cosas.
LÍBRANOS, SEÑOR
Del vacío que es consecuencia de la falta de oración.
LÍBRANOS, SEÑOR
De la tristeza que es fruto de poner nuestros ojos en lo que no es importante.
LÍBRANOS, SEÑOR
De la abundancia que nos convierte en egoístas.
LÍBRANOS, SEÑOR
Del ruido que nos deja sordos a tu Palabra.
LÍBRANOS, SEÑOR
De las distracciones que son tentaciones para no seguirte.
LÍBRANOS, SEÑOR
De las riquezas que nos pierden y nos endiosan.
LÍBRANOS, SEÑOR