¡Cómo no estar alegres si es el Señor el que se acerca!
¡Cómo no estar alegres si en nuestro mundo vemos brotes verdes, pues el Reino bulle en nuestra historia.¡Hay más luces, en medio de las tinieblas, que iluminan nuestra sociedad!
¡Cómo no estar dispuestos a rechazar un consumo innecesario que va esquilmando el planeta y desvirtuando la Navidad al no dejar sitio al Señor!
El Señor está cerca, la humanidad le espera, su pequeño pueblo, el resto, lo acogerá, y mientras grita: “ven, Señor, no tardes”.