Antes de finalizar esta Eucaristía, Señor,
queremos darte gracias por tu presencia en medio de nuestra fiesta.
Sin Ti, no sería lo mismo.
Sin Ti, nos faltaría algo.
Sin Ti, no tendríamos fuerzas para seguir adelante.
Ayúdanos Señor a descubrir en tu persona
la huella de Dios y a dejarnos transformar:
por tu mano, que siempre es poderosa,
por tu Palabra, que siempre es sabia,
por tus caminos, que siempre son seguros,
por tu mirada, que siempre es profunda,
por María, que desea siempre el bien de todos nosotros.

Amén.

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