El día 13 de mayo celebramos la Fiesta de la Virgen de Fátima.
Compartimos una reflexión de nuestro Diácono Javier Villalba.
Hasta el 13 de mayo de 1917, Cova de Iría, en Portugal, era un lugar desconocido, incluso para muchos vecinos. Fátima es hoy venerada y conocida en el mundo entero por las apariciones de María a tres niños a quienes dio a conocer un mensaje para toda la humanidad. No podía ser un mejor lugar ya que “COVA DA IRIA” deriva del EIRENE, en griego PAZ, esto es, “Cueva de la Paz”. Recordamos que, desde 1914 Europa se hallaba sumida en la Primera Guerra Mundial y que el Papa Benedicto XV había ordenado la inclusión en las letanías del rosario a María como “Reina de la Paz” tan sólo ocho días antes de la primera aparición.
La aparición de María viene precedida por tres apariciones de un Ángel a estos niños, en los años anteriores 1915 y 1916, donde les había preparado para la especialísima aparición de la Virgen María el 13 de mayo de 1917. En estas ocasiones, les decía: “No temáis. Soy el Ángel de la Paz. Rezad conmigo”. El 13 de mayo, domingo, después de la misa, los niños Lucía, Francisco y Jacinta, metieron la comida en el zurrón y salieron con las ovejas hacia Cova de Iría. Hacia el mediodía una luz deslumbrante en un arbusto los envuelve y “ven a una hermosa Señora más resplandeciente que el sol”. Al hablar con ella les dice: “No temáis, soy del cielo, vengo a pediros que nos encontremos aquí el 13 de cada mes, seis meses y luego os diré quién soy y qué quiero”. Y les indicó que rezaran el rosario cada día, con devoción, para obtener la paz en el mundo.
Tras las apariciones los meses siguientes, el 13 de octubre (en su última aparición) les dice que “Soy la Virgen del Rosario” y así lo llevaba colgado de su brazo derecho. Este día se producen unos sorprendentes efectos del sol (ante millares de testigos) y una mariofanía (Sagrada Familia, Virgen de los Dolores y manifestación gloriosa de la Virgen del Carmen, como recuerdo simbólico de las tres partes del Rosario).
Independientemente de las revelaciones que acontecen (la visión del infierno, las predicciones del final de la guerra y la predicción de otra peor posterior, la Segunda Guerra Mundial, o el tercer secreto, que se ha relacionado con el atentado sufrido por el Papa Juan Pablo II, el 13 de mayo de 1981) y que son “signos” para reconocer la identidad de quien nos habla, desde nuestra fe, debemos atender más a la presencia de María como mediadora y presente constantemente en la vida de los cristianos.
Ella insiste a los niños en la devoción a su Corazón Inmaculado y en el rezo del Rosario. El mensaje de Fátima no deja de ser la evocación del Evangelio de Jesús.
El Cardenal Ángelo Sodano, en su intervención en Fátima el 13 de mayo de 2000 así lo recordaba, “interpretar los signos de los tiempos con la intercesión y protección de nuestra Madre María”.
El Cardenal Ratzinger (luego Papa Benedicto XVI) insistía igualmente en el mensaje de que Dios se acerca al hombre en la presencia de María, en una historia conjunta de Dios y la humanidad, que tiene su Palabra última y definitiva en Jesucristo. Por eso nos recuerda las palabras de María en las bodas de Caná: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5).
El “corazón”, en el lenguaje bíblico es el centro existencial y de relación, donde el hombre encuentro su unidad interior. La clave final es que el “corazón inmaculado” es, según Mt 5, 8, un corazón que, a partir de Dios, ha alcanzado una perfecta unidad interior y, por los tanto “ve a Dios”. Es el corazón de los bienaventurados limpios de corazón, sólo ellos son capaces de dar el salto en la fe y “ver a Dios” con los ojos del alma.
La devoción al Inmaculado Corazón de María es, pues, acercarse al Padre, a través de Jesús, desde la actitud del “fiat” – hágase tu voluntad -, animador de toda la existencia.
La devoción al Santo Rosario cada día nos une a los misterios de la vida de Jesús a través de María, y con su meditación, nos introduce en su presencia, en su vida y en su gracia. El mensaje de Fátima nos invita a confiar siempre en su promesa.
Javier Villalba Nogales, Diácono
Agradecemos a Javier por haber compartido con nosotros sus palabras.
Os recordamos que el viernes 13 a las 19h rezamos juntos el Rosario por la Paz comenzando en el Colegio de los Maristas. Más información👇 https://psantisimatrinidad.archimadrid.es/event/rosario-por-la-paz/
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