Encendemos, Señor, esta luz como aquel que enciende su lámpara
para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene.
En esta primera semana del Adviento
queremos levantarnos para esperarte preparados,
pare recibirte con alegría.
Muchas sombras nos envuelven;
muchos halagos nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes,
porque tú nos traes la luz más clara,
la paz más profunda
y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús !